Ya sea que sea tu primera limpieza o que seas prácticamente un profesional, esta guía previa a la limpieza está aquí para ayudarte a prepararte para el viaje de bienestar que tienes por delante. La limpieza con un propósito es una hermosa manera de nutrir, sanar y alinear tu cuerpo, y el primer paso de esta experiencia es la transición a la limpieza, también conocida como prelimpieza. Si inviertes en una planificación consciente, descubrirás que el ayuno en sí es más agradable y es probable que obtengas más beneficios: ¡una verdadera situación en la que todos ganan!
Considere el momento oportuno
Al planificar tu depuración, nos parece útil ser un poco estratégico. Si bien puede resultar tentador depurar durante un momento de mucha actividad para no tener que pensar en el hecho de que no estás comiendo alimentos sólidos, es posible que te convenga más elegir un momento en el que puedas brindarle a tu cuerpo un poco de descanso y atención adicionales. En última instancia, confía en tu intuición y recuerda que si tienes una razón lo suficientemente fuerte para depurar, tu voluntad la seguirá.
Ajustes en la dieta
Al menos 48 horas antes de tu desintoxicación, elimina lentamente de tu ingesta los alimentos procesados, los productos animales, la cafeína, la nicotina y el alcohol. Sabemos que puede parecer demasiado dejarlo todo, pero confía en nosotros. Si pasas de una gran noche de fiesta directamente al modo desintoxicante, te estás exponiendo a una experiencia más desafiante. Del mismo modo, dejar de golpe el hábito del café o del azúcar... tampoco es tan agradable. Te animamos a que hagas esta transición con calma. La naturaleza no se apresura.
Una guía de referencia rápida sobre qué se debe respetar, qué limitar y qué dejar de lado durante unos días antes y después de la limpieza:
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Si realmente quieres saber cómo te hace sentir la comida que comes, lleva un diario de alimentos mientras usas esta guía y continúa mientras reintegras los alimentos que deseas "dejar de comer" después de la limpieza. Escucha las señales de tu cuerpo, tanto durante como después de comer. Anota cuándo experimentas problemas intestinales (hinchazón, calambres, indigestión, por nombrar algunos), te sientes aturdido o lento. También es útil anotar cuándo te sientes especialmente bien después de comer. Esto puede llevarte a hacer elecciones de alimentos alineadas con más frecuencia.
Establecer intenciones
Tomarse el tiempo para tener claro lo que quieres es una de las prácticas más importantes que puedes utilizar para conseguir lo que buscas.Tómate unos minutos para quedarte quieto, conectarte con tu respiración y fijar tus intenciones. Puedes hacerlo haciéndote estas preguntas y registrando tus pensamientos en un diario:
¿Cómo te gustaría sentirte después de tu limpieza? ¿Cómo es para ti una limpieza exitosa? ¿Qué esperas obtener de esta experiencia?
Establecer intenciones es algo diferente para cada persona. Para algunas, la intención puede ser simplemente cumplir con el compromiso que tienen consigo mismas de completar esta limpieza. Para otras, puede ser comprender mejor sus hábitos alimenticios o evaluar su relación con la comida. Puede ser mejorar la digestión o descansar mejor por la noche. Tal vez le gustaría profundizar en su músculo del conocimiento interior o demostrarse a sí mismo que puede hacer cosas difíciles.
Cualquiera sea su motivo, establecer intenciones antes de comenzar la limpieza le brindará una forma objetiva de reflexionar sobre su experiencia.