Prepararse para el éxito comienza con una preparación minuciosa. Unos pocos cambios sencillos en sus hábitos diarios pueden hacer que su experiencia de limpieza sea más fluida y agradable. A continuación, se ofrecen algunos consejos para comenzar la limpieza con calma y maximizar los beneficios:

• Hidrátate: ¡Intenta beber al menos la mitad de tu peso corporal en onzas cada día! Si te sientes inspirado, comienza tus días con agua tibia y jugo de limón fresco para estimular la digestión y alcalinizar tu sistema.
• Simplifique su dieta: En los días previos a su limpieza, dejar de consumir alimentos procesados ​​y de origen animal, así como también cafeína, puede aligerar la carga en su sistema digestivo y ofrecerle mayor alivio.
• Descanse: una buena noche de sueño es esencial para favorecer los procesos naturales de desintoxicación del cuerpo, especialmente mientras se prepara para la limpieza. Descansar temprano y crear un "santuario para dormir" son formas maravillosas de priorizar el descanso.

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¡Felicitaciones por completar tu depuración! Ahora es momento de reintroducir gradualmente los alimentos sólidos e integrar los beneficios de tu depuración en tu rutina diaria. Al volver a comer de manera consciente, mantendrás el progreso que has logrado y seguirás sintiéndote renovado y con energía.

• Comience con poco: comience con comidas simples y saludables como ensaladas, batidos o sopas. Mantenga las porciones pequeñas y déle tiempo a su sistema digestivo para que se adapte.
• Manténgase hidratado: continúe bebiendo abundante agua y tés de hierbas para apoyar la desintoxicación continua.
• Reintroducción consciente: reintroduzca gradualmente alimentos más pesados ​​como cereales, frutos secos o proteínas durante los próximos días.
• Mantenga su brillo: mantenga los hábitos saludables que cultivó durante su limpieza, como priorizar el sueño, el movimiento y la hidratación, para mantener su energía y bienestar.

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